Aunque íbamos en mi carro, decidimos regresar caminando hasta tu casa; el clima y la noche eran demasiado perfectos como para desperdiciarlos arriba de un automóvil.
Mientras platicábamos sobre cómo planear nuestro pasado, prendí un cigarro por puro cliché. Pero lo apagué antes de fumarlo y lo guardé en la bolsa de mi pantalón.
Pasamos por una tienda de mascotas -obviamente estaba cerrada- pero a través de la ventana alcanzamos a ver 2 gatos dormidos, 1 despierto –viendo tv- y 4 delfines. Fue entonces cuando me dijiste que te duele más ver morir a un animal que a un ser humano. No te creí, sino hasta el día siguiente:
Despertamos en el techo de tu casa muertos de frío, regresamos por mi carro y fuimos a desayunar tacos a la carretera. Cuando llegamos al lugar, sólo había tacos de res, de pollo y de niño. Tú pediste de niño, con guacamole.
Te quise tanto después.
Mientras platicábamos sobre cómo planear nuestro pasado, prendí un cigarro por puro cliché. Pero lo apagué antes de fumarlo y lo guardé en la bolsa de mi pantalón.
Pasamos por una tienda de mascotas -obviamente estaba cerrada- pero a través de la ventana alcanzamos a ver 2 gatos dormidos, 1 despierto –viendo tv- y 4 delfines. Fue entonces cuando me dijiste que te duele más ver morir a un animal que a un ser humano. No te creí, sino hasta el día siguiente:
Despertamos en el techo de tu casa muertos de frío, regresamos por mi carro y fuimos a desayunar tacos a la carretera. Cuando llegamos al lugar, sólo había tacos de res, de pollo y de niño. Tú pediste de niño, con guacamole.
Te quise tanto después.
3 comentarios:
WOW, eso fue encantador.
pues yo he comido niño envuelto, pero nunca tacos de niño como desayuno
Coincido: encantador es la palabra.
Publicar un comentario