24 de marzo de 2015

Una escapada a Chipinque



El domingo pasado despertamos en la montaña.

Laiza y yo decidimos irnos a pasar el fin de semana a Chipinque.  Llegamos el sábado por la tarde, nos instalamos en el hotel y casi de inmediato fuimos a tomar una cerveza al restaurante. Después dimos una caminata por la meseta y por algunas de las veredas. Había neblina y se veía hermoso. Luego de un rato regresamos al cuarto y nos quedamos viendo "El rival más débil". El descanso había sido suficiente y nos alistamos para ir a cenar al restaurante. Cenamos pizza y tomamos una botella de vino. Dormimos plácidamente.

Al día siguiente desperté temprano. El sol había salido. Fui solo a dar una caminata y a estirar el cuerpo. Me pareció impresionante ver la M tan cerca. El cielo estaba despejado y se podía ver muy bien la ciudad desde el mirador. Después de un rato regresé al cuarto a despertar a Laiza y a alistarnos para ir a nuestro masaje. Fue una delicia.

Después de un épico desayuno de buffet, salimos a caminar. Había bastante sol y hacía calor. Caminamos hasta el mirador donde ya no se veía nada por la contaminación. Bajamos por la vereda. Aprovechamos cada paso para disfrutar las plantas, las piedras, el oxigeno y la naturaleza.

Nos subimos a la camioneta y regresamos a casa. El viaje había terminado, pero la aventura... la aventura nunca termina.

1 comentario:

L dijo...

tu blog sigue siendo genial amigo

saludos!