9 de enero de 2008

Qué pan de buena suerte

Hoy me hice un sándwich de queso para desayunar y me tocó la última parte del pan, esa que todo mundo rechaza. Pensé que tal vez eso podría ser una de esas cosas que te dan buena o mala suerte. Y luego me pregunté: ¿quién es el que decide qué cosas son de buena o mala suerte? Y como nadie contestó, concluí que cualquiera puede inventarse lo que quiera.

Entonces decidí que cada vez que me toque comerme la última parte del pan será un día de buena suerte. Y lo mejor es que, como vivo solo y el pan es para mí solito, cada vez que compre una barra de pan estaré adquiriendo un día de buena suerte ¡ga-ran-ti-za-do!

Y bueno, hasta lo que va del día, la única muestra de buena suerte que ha sucedido fue cuando me bajé del carro y mis llaves se atoraron en la puerta, cosa que me sirvió para regresar y ver que había olvidado bajar mi jugo. Y ya lo bajé y me lo tomé y le di gracias a mi pan de la buena suerte.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Déjate de gilipolleces. Ve a la iglesia. Al unico que le tienes que dar gracias es a Dios, por permitir que no te electrocutes con algo en tu depa y la cuartera no encuentre tu cadaver frito el dia de pago.

God. Necesitan quitarte a tus hijos.

Voy a mandarte al dif.

Atte. Ya sabes quien.

Anónimo dijo...

Pero que ternurita me das!

Besos varios!

marisol dijo...

Las tapas del pan son mis favoritas, siempre las escondo y no se las regalo a nadie.

No te voy a decir como tienes que cocinarlas, porque te va a gustar y te vas a querer robar las mías.

Anónimo dijo...

Jajaja, a esos panes (uno que vienen al pricipio y otro al fin del empaque) les llamo suegras!, sabes porque??!!, por que al igual que las suegras, nadie los quiere!
jajaja!
Saludos.