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Post sobre las decisiones impulsivas

No sé qué tan convenientes sean esas decisiones que tomamos al primer impulso, sin pensarlo mucho y dejándonos llevar por las circunstancias del momento. Supongo que, como todo, tiene sus ventajas y desventajas. Aunque también creo que ninguna decisión es totalmente impulsiva ni totalmente racional (¡demonios!, siempre termino cayendo en opiniones neutrales y grises –ni blanco ni negro-, pero es que así es casi todo ¿no?)

El libro que estoy leyendo ahora, lo compré por impulso, de hecho ni siquiera terminé de leer completamente el texto que viene en la contraportada cuando ya lo estaba pagando. Me gustó el título, la portada y el momento en el que me encontraba cuando tenía el libro en mis manos. Leí el primer párrafo y me agradó, pero después, mientras me iba adentrando en el primer capítulo, me di cuenta de que acaba de comprar un libro para adolescentes, siendo más exactos: para chicas adolescentes. Después de que mi di cuenta de esto, volví a observar bien el libro: la portada, el título… y descubrí que era muy obvio, que no hacia falta leerlo para darse cuenta del tipo de libro que había comprado. No dejé de leerlo, de hecho ya casi lo acabo; y no es aburrido, pero me siento raro leyendo una historia en la que una chica se siente angustiada porque el chico que conoció en el boliche no le ha llamado por teléfono.

éste es el libro, lo sé, lo sé, era obvio

Ayer fui impulsivo de nuevo. Esta vez no compré un libro para chicas adolescentes, pero sí me inscribí a un curso, 5 minutos después de saber que estaba disponible y media hora antes de que comenzara la primera clase. El curso se llama “Redacción y Comunicación Creativa” y está especializado en publicidad. Yo sabía que me inscribía al curso, tendría que faltar a varias de mis clases y cancelar una cita amorosa. Pero la oportunidad se presentó y sabía que se trataba de algo que puede cambiar mi vida para bien (aunque en realidad todo cambia la vida –y la posvida- para bien).

Al parecer, es un curso bastante serio; mis compañeros son puros adultos, gente que trabaja en las radiofusoras de la cuidad y esas cosas; nos dieron una carpeta con material y nos ponen galletitas y café en una mesa. Ayer hablamos sobre las neuronas, las preferencias cerebrales, los hemisferios del cerebro y todo eso.

Supongo que no es tan malo ser así, incluso si el curso fuera malo y el libro peor, habría valido la pena, de todo se aprende algo. Lo “malo” de las decisiones impulsivas viene, creo, cuando pierdes el control y de repente empiezas a arruinar tu vida y la de los demás por andar por el mundo viviendo de la irracionalidad. Como aquel niño que se tomó un vaso con gasolina y luego lo encontraron tirado en la calle, casi muerto y murmurando “me quedé sin gasolina”.