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Corazón de Melón

Qué bueno que me levanté temprano hoy, porque luego no hubiera podido ver los pedacitos de tierra que se pusieron a bailar al ritmo de la escoba, que por cierto, ya está empezando a tomar esa forma típica de desgaste en diagonal.

Además de que me gusta hacerme desayuno cuando me levanto temprano porque así me da tiempo de revolver el huevo en un plato antes de echarlo al sartén, en lugar de aventarlo así nomás a la brava.

Yo nunca he puesto a cocer un huevo en el cofre de un carro en días de verano mexicalense, pero dicen que es una experiencia fantástica…bueno, eso de que sea “fantástico” en realidad sólo lo dice mi amigo Israel, pero es que el Israel es muy extraño porque las cosas realmente fantásticas, como la Torre Eifel o los goles de Pelé, le dan igual; en cambio, cuando vamos por la calle y ve un cable colgando de un poste, se pone a decir que es algo fantástico y no se qué, que según esto le recuerda a su novia y cosas así bien raras. Yo creo que el Israel es así porque tiene corazón de melón, de melondía más bien dicho.

Yo por eso ya no me junto con Israel, porque es súper raro. Yo prefiero amigos normales que hacen cosas normales como pensar en que un ratón puede bailar merengue porque se llama Azuquito.