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Post sobre cómo engañar al destino.

Hay una técnica súper cool para que las cosas sucedan o se acomoden a nuestro favor. La técnica consiste en engañar al destino usando la psicología inversa (por “destino” entendemos, en este caso, aquello que determina las cosas que suceden o sucederán a nuestro alrededor).

Es muy fácil, basta con desear que suceda precisamente lo que no quieres que suceda. Por ejemplo, si no tienes ganas de tener una clase, solo tienes que hacer como que lo que más quieres en el mundo es tener esa clase y decirle a tus amigos algo así como “o sea, es como que tipo de que quiero tener esta clase mil y así, ¿sabes como?”, y el maestro faltará, habrá amenaza de bomba o algo así (es muy necesario usar el “mil”, el “sabes cómo” es opcional).

En caso de que quieras que deje de suceder algo que ya está sucediendo, lo que tienes que hacer es pretender que lo estás disfrutando al máximo. Por ejemplo, si el regetón te sigue a todos lados (supongamos que no te gusta el regetón) y quieres que ya deje de sonar, pues lo único que hay que hacer es cantar y bailar al ritmo de la música, poner cara de felicidad y decirle a tu acompañante “me súper encanta esta música mil” y muy pronto el regetón desaparecerá. (En caso de que quieras escuchar otro tipo de música, pues solo haz como que odias ese tipo de música)

Puedes meterle toda la creatividad que quieras a esta técnica, funcionará siempre que se respete la idea principal. Por ejemplo, cuando yo quiero que todos los semáforos me toquen en verde, hago como que quiero mandar un mensajito por el celular. O cuando quiero encontrar a alguna persona, hago como que no la busco a ver si así la encuentro.

Admito que esto se parece mil a la Ley de Murphy.